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Hiroshima, en espera de la histórica visita de Obama

Hiroshima, en espera de la histórica visita de Obama

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Obama se convertirá mañana viernes en el primer presidente de EU en visitar Hiroshima, la ciudad japonesa arrasada por el ataque nuclear de las tropas estadounidenses el 6 de agosto de 1945

HIROSHIMA, Japón, mayo 26, 2016.- La ciudad japonesa de Hiroshima vive con expectación la histórica visita de mañana viernes del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mientras los supervivientes de la bomba atómica aseguran que el objetivo es acabar con los arsenales nucleares, no recibir disculpas.

Obama, que viajará durante unas horas a Hiroshima tras participar en la cumbre de dos días de líderes del G7 en el parque natural de Ise-Shima (centro de Japón), se convertirá en el primer residente de la Casa Blanca en visitar la ciudad arrasada por el ataque nuclear a manos de las tropas estadounidenses el 6 de agosto de 1945.

La breve ceremonia, en la que el presidente de Estados Unidos realizará una ofrenda de flores y dará un discurso en honor a las víctimas de unas de las perores atrocidades de la historia, se celebrará a última hora de la tarde en el Parque de la Paz.

Allí, Keiko Ogura, una superviviente de 79 años, observaba hoy la enorme presencia policial y de cámaras de televisión que se mezclaban con numerosos grupos de colegiales que visitaban el emblemático lugar, donde se encuentra el Museo Memorial de la Paz.

«Estamos muy contentos con esta visita. Por fin, después de tanto tiempo un presidente de Estados Unidos ha aceptado venir», explicó hoy a Efe esta mujer, que tenía 8 años recién cumplidos cuando la bomba cayó sobre su ciudad y acabó de inmediato con la vida de unas 140.000 personas.

Ogura, como muchos otros «hibakusha», el nombre con el que se conoce en Japón a los supervivientes, reconoció que no quiere una disculpa de Obama.

«Lo importante es que se dé cuenta del daño que pueden hacer las armas nucleares. Se trata de acabar con ellas de una vez por todas», apuntó.

Delante del cenotafio (monumento funerario) que recuerda a los fallecidos y que tiene como fondo el «Gembaku Domu», la cúpula que quedó en pie tras la tragedia, se habían colocado hoy una veintena de sillas, lo que pone de manifiesto la reducida dimensión que tendrá la ceremonia de mañana, que se celebrará al aire libre pero en un recinto completamente blindado al público.

«Creo que tendrá un efecto positivo, el mundo estará mirando y podrá reflexionar sobre lo que pasó en Hiroshima», explicó Oguda, que cree que tras Obama muchos otros líderes internacionales querrán venir a la ciudad.

La visita del presidente de Estados Unidos ha estado rodeada de un enorme secretismo y no ha sido hasta hoy cuando se ha comunicado a las asociaciones de supervivientes que finalmente tres de sus miembros acompañarán a Obama en la ceremonia del Parque de la Paz.

Dos sobrevivieron a la bomba de Hiroshima y un tercero a la que arrojó Estados Unidos, tres días después, sobre la ciudad de Nagasaki.

A pesar del acceso restringido y de los inconvenientes de las enormes medidas de seguridad -se han desplegado unos 4.600 agentes- los habitantes de Hiroshima se muestran muy satisfechos con la visita.

«No podré trabajar mañana porque van a estar todas las calles cortadas, pero es algo bueno, estoy contento», explicó un taxista.

Una madre y una hija reconocieron a Efe que, gracias a la visita de Obama, en su familia se había empezado a hablar de lo que sucedió hace 71 años, un tema tabú para muchos en la ciudad, donde la radiación se convirtió en un estigma para los supervivientes durante décadas.

«Al principio me emocioné mucho al oír la noticia, pero cuando me enteré de que el parque estará cerrado y de que no podemos venir a ver nada me quedé muy decepcionada», dijo, por su parte, a Efe Ruriko Sakamoto, hija de supervivientes.

Sin embargo para Sadao Hirano, que tenía 12 años y se encontraba en el patio del colegio cuando estalló la bomba, el hecho de no asistir a la ceremonia no es nada importante.

«Mañana acompañaré a mi mujer al hospital. Para mí no es personal», aseguró hoy a Efe este «hibakusha»

Hirano, uno de los 180.000 supervivientes que siguen vivos, reconoció, sin embargo, que está contento con la visita y añadió que tampoco necesita escuchar la palabra «perdón» de boca de Obama.

«Ya no tengo malos sentimientos hacia nadie. Era una guerra. De lo que se trata es de que no se repita y se acaben con los arsenales nucleares», dijo este hombre de 83 años, en cuyo cuerpo todavía son visibles las quemaduras y quien reconoce que su vida ha estado marcada por las heridas que le causó la explosión.

La Casa Blanca ha confirmado que el discurso del presidente de Estados Unidos, donde mayoritariamente se considera que los ataques nucleares a Japón desencadenaron su rendición y pusieron fin a la II Guerra Mundial, no va a contener una disculpa.

Al igual que la mayoría de los «hibakusha», el Gobierno de Tokio tampoco la busca.

«Apreciamos la visita desde el fondo de nuestro corazón. Se trata de un gran paso hacia la eliminación de las armas nucleares en el mundo. Es más importante mirar al futuro que pedir perdón», señala la postura oficial del Ejecutivo nipón.

Por Noticieros Televisa

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