Marvin Bautista
Tapachula.- El Cáncer de mama es una de las principales causas de muerte en México y en el mundo, además es una de las patologías más fuertes que experimentan las mujeres (en su mayoría) que son diagnosticadas, sobre todo porque cuando llega esta noticia, muchas lo asimilan con la muerte, por lo que los sueños de los pacientes y de los familiares se derrumba en automático.
Beatriz Iliana Arjona Granados, es una mujer sobreviviente del cáncer de mama en Tapachula, quien a los 50 años fue diagnosticada con esta terrible enfermedad, noticia que llegó de manera inesperada, porque si bien había escuchado hablar de la patología, nunca le dio importancia, al creer que a ella no le iba a pasar.
Beatriz asistía de manera periódica a su médico, pero antes de ser diagnosticada comenzó a sentir molestias y dolor en brazo, pero creía que estos signos eran por la edad u hormonal y que conforme pasaran los días se le iba a quitar, pero transcurrió un año con esta situación, lo que obligó a los doctores a realizarle una mastografía, estudio que permitió saber que la enfermedad estaba muy delicada.
Cuando el especialista me dijo lo que tenia me puse a llorar, sentí que mi vida se terminaba en ese momento, no estaba preparada para afrontar la enfermedad, pero mis amistades y familiares me dieron aliento, porque si estaba viva, es porque tenia una misión aún que cumplir añadió.
Luego de ser detectada con cáncer, Beatriz fue intervenida quirúrgicamente, ya que la enfermedad había avanzado y era necesario estiparle uno de sus senos, pero lo más complicado y doloroso ha sido el proceso del tratamiento.
Con lagrimas en los ojos narró he sido sometida a 8 quimioterapias y más de 50 radiaciones, lo más horrible es sentir el desgano, me dio diarrea, hubo un momento en el que tuve el deseo de morirme, porque ya no quería seguir con el sufrimiento abundó.
Después de varias sesiones de quimioterapias y radiaciones comenzó a caerle el cabello, pero con el apoyo de su familia a través de palabras de aliento y motivación superó este momento y decidió rasurárselo por completo, sin importar que el hecho de estar sin cabellera fuera sujeto a discriminación de algunas personas.
Han pasado 4 años de que fui diagnosticada con esta enfermedad y agradezco a Dios por darle una segunda oportunidad de vida, creí que no me tocaría y me tocó, pero afortunadamente soy una de las pocas mujeres sobrevivientes detalló.
Hoy Beatriz, con apoyo de otras compañeras creó un grupo de ayuda Recuperación Total Reto Tapachula a través del cual brindan pláticas y apoyo psicológico a mujeres diagnosticadas, pero también a familiares, sobretodo, porque en este difícil momento el apoyo de los más cercanos es fundamental para salir adelante y disfrutar la segunda oportunidad de vida. (Fuente: InterMEDIOS)