Cosme Vázquez
Los pacientes con enfermedades que se encuentran en la Clínica San Agustín no están recibiendo medicamentos y están siendo entregados a sus familiares por falta de presupuesto en el sector Salud de Chiapas.
Los familiares de estas personas, como María de Jesús Cal y Mayor Tapia, de quien su hermano Elí Cal y Mayor Tapia padece esquizofrenia desde los 14 años de edad, ahora es adulto y presenta cambios radicales de conducta como agresividad, violento, desconoce a la familia y se pierde de la realidad, pidió la ayuda públicamente a las autoridades de Salud y lo hizo no pensando solo en ella sino en las familias que se encuentran en esta situación.
Dijo que al no haber medicamentos en Clínica San Agustín, ubicada en el ejido El Jobo de Tuxtla Gutiérrez, tienen que recurrir a pedir ayuda a la gente para poder comprar los fármacos que son caros y controlados, como es el Sinogan, Lodocepan y aldol. Estos medicamentos tienen un costo más de 500 pesos y los pacientes los tienen que tomar diario.
Cal y Mayor Tapia sostuvo que teniendo a un familiar con enfermedad mental es difícil por lo económico, y en el caso de su hermano al no haber lugar para tenerlo en la Clínica lo mantiene en la casa de su madre Rosario Tapia Lázaro en un cuarto encerrado, en la colonia 6 de Junio, y el medicamento difícilmente se lo pueden dan por eso se descontrola.
Pidió apoyo al gobierno no solo por el caso de su hermano si no por todas las familias que tienen pacientes en San Agustín, que la mayoría son de escasos recursos, porque en estos momentos la farmacia está vacía.
En los hospitales públicos las personas con enfermedades mentales no son más que canalizados hacia la Clínica San Agustín, por lo que ahí llegan de diferentes municipios del estado, y es la única clínica en su tipo que hay en Chiapas, donde a los pacientes se les alberga en dos pabellones, uno para hombres y otro para mujeres, por lo que tampoco es suficiente para atender a la población enferma que ha ido en aumento en los últimos tiempos.
Los mismos médicos especialistas que ahí prestan su servicio les explican como familiares de los pacientes que no hay medicamentos ni espacio para tenerlos ahí, por lo que sugieren que mejor los lleven a su casa donde puedan cuidarlos.