Preocupa a iglesia que tapachultecos tomen la ley en sus manos ante falta de seguridad: Obispo
Karla Solís/Trascender Online Noticias
TAPACHULA, CHIS.- Las amenazas de linchamiento a delincuentes de parte de colonos de Tapachula, que han demostrado su hartazgo a las autoridades por la falta de seguridad es un tema que preocupa a la iglesia católica, porque la venganza no construye la justicia, sino que añade otro crimen o delito al ya cometido, pues no se debe confundir la legítima defensa con linchamiento.
Durante una reunión con periodistas de Tapachula, el obispo Leopoldo González hizo hincapié, que la venganza no construye la justicia, pues gracias a Dios en la región la intervención de la autoridad ha evitado el linchamiento.
«Toda persona tiene el derecho de defender su vida, integridad y sus bienes así como los de aquellas personas que han sido confiadas a su cuidado. Como personas humanas, miembros de la gran familia, cada uno hemos sido confiados al cuidado de los demás, de manera que toda persona tiene el derecho a la legítima defensa ante un injusto agresor para cuidar de sí y del prójimo», expresó.
Reconoció, que el derecho que nos asiste como personas es a defendernos del delincuente y eso es lo que se ha de intentar, sin embargo para repeler la agresión dijo, que se debe emplear solo la fuerza necesaria, es decir si el delincuente ya ha sido reducido a impotencia, no es licito, no es humano agredirlo; eso ya sería venganza y se corre el riesgo de cometer un homicidio.
Aseveró, que imponer castigo por un crimen o delito solo pueden hacerlo y al mismo tiempo es grave obligación suya, las autoridades encargadas de impartir justicia en la sociedad.
Y es que el papa Francisco en su mensaje ha dicho que una pena justa y necesaria debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación, por ello nunca la pena de muerte.
«La tentación de hacer justicia por propia mano no solo entre nosotros sino en nuestra patria, aparece por la frecuencia con que se dan los asaltos, muchos de ellos con violencia y los robos en casa habitación, comercios e instituciones y por el gran porcentaje de crímenes y delitos que quedan impunes. Me da la impresión de que ha crecido la desesperanza expresada en esta frase -para qué denuncio sino se hace nada o os agarran y al otro día los sueltan- esta falta de atención a las denuncias crea un sentimiento de impotencia y de enojo que se añade al dolor de la ofensa sufrida», enfatizó el Obispo.
Finalmente manifestó, que reforzar la sensación de seguridad en la sociedad es un desafío muy grande para quienes tienen a cargo el cuidado del bien común, pues aunque se han hecho esfuerzos para contrarrestar la incidencia delictiva esta no disminuye, por ello se pide mayor presencia de la policía y que su presencia realmente disuada al delincuente de su mal propósito.