Perros y pulgas: Las dos caras de la misma moneda
Con frecuencia se dice que el mejor amigo del hombre es el perro. En todo el mundo son muchas las personas que disfrutan de su compañía. Y es que aunque no hablan, lo dicen todo y su sola presencia en el hogar ya se palpa en el ambiente. Sin embargo, el perro tiene sus enemigos: garrapatas y pulgas son dos de las amenazas más frecuentes para la salud de nuestros canes. Por ello, en el presente artículo, trataremos todo lo que se necesita saber sobre pulgas en perros.
¿Qué son las pulgas?
Las pulgas, también conocidas como sifonápteros, son insectos de entre 1,5 y 3,3 mm de tamaño. Se las clasifica dentro del grupo de parásitos, es decir, organismos que se alojan en otro organismo (huésped), a costa del cual se alimentan y viven.
Estos huéspedes pueden ser varios, incluyendo humanos, pero es más frecuente relacionarlas con perros y gatos. Para cambiar de huésped se desplazan realizando saltos largos, algo que logran gracias a una proteína presente en sus patas: la resilina, y la cual comparten con los saltamontes.
– ¿A qué animales afectan las pulgas?
Las pulgas pueden afectar a:
- humanos
- perros
- gatos
- conejos
- hurones
- y pequeños roedores (ratones, ratas )
– ¿Cómo se reproducen?
Se reproducen sobre el pelo del huésped a través de huevos, que caen a lo largo del huésped conforme éste se mueve, sacude o tumba, en definitiva, cada vez que no permanece quieto.
Las pulgas más frecuentes en perros
Existen más de 2.500 especies distintas de pulgas, cada una de las cuales tiene sus preferencias en alimentación. En el caso de los perros, los tipos más habituales de pulgas que pueden afectarles son:
Pulga del perro
Más técnicamente llamada Ctenocephalides Canis son las propias de los perros, aunque como buen parásito pueden afectar a otras especies, incluyendo humanos. Una pulga adulta de esta familia puede poner incluso 4.000 huevos sobre el pelaje de un perro. Además, pueden sobrevivir varios meses sin comida. Entre las enfermedades que transmiten se encuentra la tenia, unos parásitos intestinales (concretamente gusanos) que pueden transmitirse a humanos.
Pulga del gato
Su nombre técnico es Ctenophalides Felis. Son las más habituales en perros y gatos. De hecho, en el caso de los perros (aunque parezca paradójico) son más comunes que la propia pulga del perro. De color marrón o negro, pueden transmitir:
- Bacteria Bartonella: degenera en inflamaciones, fiebre, fatigas (transmitida por contacto con un gato infectado de la enfermedad por arañazo de gato).
- Gusano intestinal Dipylidium Caninum
- Tifus: Suelen transmitirse a partir de las heces excretadas por las pulgas. Afecta principalmente al hígado y los riñones.
Otros tipos de pulgas en perro
Estas pulgas se alimentan realmente de otros huéspedes, de cada uno de los cuales llevan el nombre, pero aun así, no se oponen a alimentarse de los perros:
Pulga de rata oriental
Se alimenta de ratas, por lo que puede ser portadora de la peste bubónica, una enfermedad que en perros genera: inflamación de ganglios linfáticos, fiebre, depresión, diarrea, deshidratación y pérdida de peso.
Pulga del conejo
Su picadura produce costras en las orejas de los perros, que es donde acostumbran a picar. También causan pápulas, unas elevaciones en la piel que aparecen con enfermedades como la sarna.
Pulga humana
Estas pulgas prefieren huéspedes humanos, pero también se alimentan de cerdos, perros y gatos.
¿Las pulgas de mi perro pueden pasar a mí?
Las pulgas de los perros (y generalmente de cualquier animal) sí pueden pasar a las personas con el consecuente peligro que esto supone, ya que pueden ser portadoras de enfermedades como la peste bubónica o la teniasis (citadas anteriormente).
En concreto, las pulgas que pueden afectar a un humano y ser transmitidas por su perro son las ya explicadas: la pulga del hombre, del gato, del perro, de la rata y también, la pulga de las aves.
Tanto en animales como en personas pueden causar: alergias, dermatitis, anemia, costras y eritema (enrojecimiento en la piel).
– ¿En qué lugares de la casa se esconden?
Las larvas de pulga se esconden en los rincones. Su ciclo de vida se completa en 2 o 3 semanas. En dicho periodo pasan rápidamente de huevo a pulga adulta y luego, según la especie, pueden vivir incluso meses. En el caso del hogar, sus lugares preferidos son: las camas de las mascotas, alfombras y zonas donde haya vegetación (jardín, terrazas ).
Síntomas de pulgas en perros
- Rascado intenso. Es el síntoma más común. El perro trata de aliviar el picor producido por las picaduras de las pulgas.
- Presencia de heridas, generadas al rascarse el perro con las uñas o los dientes.
- El perro se muestra últimamente inquieto.
- Presencia de granitos o bolitas que parecen pimienta. Estas bolitas son restos de heces de pulgas depositadas entre los pelos del perro, sobre su piel.
Tratamiento
El mejor tratamiento es siempre la prevención. Hay collares especiales que cubren la prevención de picaduras de pulgas y garrapatas, como el Seresto o el Scalibor. También hay pipetas. Incluso se recomienda combinar ambos.
Si el perro ha cogido pulgas y no lo hemos podido prevenir, se recomienda lavarle con champú antipulgas. Aparte de meter toda su ropa, mantas, camita y juguetes en la lavadora. Si la casa está infestada de pulgas, debe recurrirse a algún profesional que desinfecte toda la vivienda.