Día Internacional de la Amistad
En 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 30 de julio como Día Internacional de la Amistad, para celebrar la idea de que la amistad -ya sea entre personas, animales, países e incluso culturas diferentes- puede inspirar esfuerzos de paz y solidaridad.
De tantas historias, muchas merecen trascendencia. Hoy destacaremos dos: por un lado, la historia de vida y amistad de un periodista sanrafaelino que gracias al compromiso y el esfuerzo desesperado de sus amigos salvó su vida, y por otro lado una historia de crianza y amistad entrañable de veinte años entre un hombre y su perro.
El primer caso es del año 2009, cuando Max Belaeff viajó junto a un grupo de amigos a Valle Grande a pasar el fin de semana con la idea de quedarse en carpa en las playitas de arena frente al dique. Su familia tenía una lancha por lo que decidieron usarla para transportarse junto a sus equipajes. Max y sus amigos Gastón Martín y Nicolás Miguel llegaron primero, y durante el resto de la tarde llegarían más amigos. Como la lancha soportaba determinado peso, dejaron parte de los bolsos en el club y cruzaron los tres con algunas de las cosas hasta la playita, atravesando el lago. Nicolás se quedó, mientras que Gastón y Max regresaron en busca del resto de sus pertenencias.
Cargaron todo y nuevamente se trasladaban para organizar lo que sería un fin de semana inolvidable. Cuando iban por la mitad del lago, Max le brindó la posibilidad a su amigo Gastón de tripular una lancha por primera vez. Afortunadamente, entre las indicaciones que le brindó a su amigo, le mostró un botón algo escondido que tenía el motor para detenerse en el caso que surgiera algún imprevisto. Así siguieron su curso rumbo a la playa, con Gastón en la popa tripulando y su amigo en la proa.
El motor tenía mucha fuerza y además corría un poco de viento. En determinado momento Max se paró, lo que hizo que la lancha se moviera bruscamente; su amigo se asustó y bajó la velocidad de golpe, lo que hizo que Max perdiera el equilibrio y cayera al agua. En esos segundos la lancha le pasó por arriba y el motor le golpeó la cabeza dejándolo inconsciente, flotando en el lago. Afortunadamente, Gastón recordó el botón que apagaba el motor y pudo divisar a lo lejos a su amigo, ensangrentado, flotando boca abajo. No dudó un segundo y se largó al agua para socorrerlo.
Desde la playa, Nicolás advirtió lo que pasaba e inmediatamente nadó hasta donde había ocurrido el siniestro.
Gastón alcanzó a su amigo, pero debió buscarlo bajo el agua ya que se había hundido, inconsciente. Afortunadamente Max vestía una musculosa blanca y por eso pudo divisarlo; Gastón nadó hacia abajo, tomó a su amigo de la mano y lo sacó a la superficie para que volviera a respirar; abrazó su cuerpo y con todas sus fuerzas y la ayuda de Nicolás nadó hasta la lancha para volver a subirlo.
Un catamarán se acercó, socorrió a los tres amigos y trasladaron a Max al centro de primeros auxilios de Valle Grande, y luego una ambulancia lo trasladó a San Rafael, donde quedó internado 3 días en el hospital Schestakow.
Max, el protagonista de esta historia, expresó les debo la vida a esos dos amigos, Gastón y Nicolás, porque si no hubiesen estado ellos, o si no hubiesen sabido nadar, si no se hubiesen comprometido, hoy no estaría vivo. Un amigo nunca olvida.
La otra historia representa la amistad incondicional de Fernando Fuentes, un chico que cuando tenía 13 años rescató un pequeño perro en una plaza, que se convirtió en su mejor amigo y fiel compañero; 20 años vivió a su lado. Sobre finales del año pasado, Oso partió de este mundo dejándole a Fuentes el mejor de todos los legados, el amor más puro e incondicional, el de un perro que lo acompañó más de la mitad de su vida, llegando a cumplir 20 años.
A Fernando aún le cuesta hablar de su amigo entrañable. A principios de este año realizó un video en homenaje a su perro que fue viralizado en las redes sociales, donde muestra a su amigo desde cachorro, pasando por cada etapa, incluso hasta las últimas fotos cuando Oso era viejito y le costaba movilizarse. Fuentes, en aquel momento emocionó a la comunidad que protege y lucha por los derechos de los animales, y demostró cuán cierto es que el perro es el mejor amigo del hombre.
Por Diario San Rafael
