Walter Rincón Rovelo/Trascender Online Noticias
Hoy como todos los años, los chiapanecos se reúnen para festejar aunque sea un solo día, al ser más importante y venerado de la familia: la madre. No importa si hay que empeñar la pantalla, el equipo de sonido o cualquier otro aparato de valor, para poder estar en condiciones económicas de obsequiar un regalo o una comida a nuestras progenitoras.
Las que tienen la suerte de trabajar para el gobierno, desde un día antes empezaron a ser celebradas, con desayunos o comidas. Los boletines de prensa de las dependencias dan cuenta de ello, se trata de no dejar pasar desapercibida esta fecha tan importante en el calendario de los mexicanos.
Las madres que no tienen tanta suerte de ser empleadas de alguna oficina de gobierno, pero que aportan al gasto familiar a través de un trabajo en la iniciativa privada, tuvieron que levantarse como todos los días desde temprano para atender a los miles de chiapanecos que salieron a las calles en busca del mejor regalo, o ya de perdis, de un obsequio bueno, bonito y barato
Sin embargo a esta hora, cuatro de la tarde, de seguro, estas mujeres luchonas ya estarán celebrando en casa o en algún bar en compañía del esposo y de los hijos, como según nos dijo doña Cecilia, empleada de una tienda de ropa en el centro de la ciudad, y quien mientras atendía a unos clientes, aguardaba impaciente que el reloj marcara las 2 de la tarde para retirarse.
Pero hay otro grueso de mujeres, quizás las más, que han perdido el espíritu de esta fecha, nadie las celebra, son guerreras sin nombres, que trabajan auto empleándose para ganarse unos cuantos pesos para la comida del día.
A doña María se le puede ver vendiendo aguas frescas por el parque central y atrio de la catedral San Marcos de Tuxtla Gutiérrez. Ella mira disimuladamente a personas de su mismo género que presumen en sus manos un ramo de rosas mientras apresuran el paso. Ella, María, lo único que tiene que enseñar son las bolsitas de aguas de Jamaica, tamarindo y horchata que ofrece insistentemente a todos los que se topa en su camino. A 10 diez, a diez, dice. Para ella no hay 10 de Mayo, sus hijos al parecer se han olvido de que aún existe.
Los restauranteros y propietarios de bares han preparado para esta fecha, tentadoras promociones, que van desde copeos gratis hasta botanas y cervezas al dos por uno. La idea es tirar el anzuelo para ver cuantos comensales atrapan.
Las florerías empezaron hacer su agosto desde las primeras horas de este día, incrementando hasta en un 50 por ciento sus precios.
Los bulevares de la ciudad capital fueron literalmente tomados por indígenas que ofrecían pequeños arreglos flores y rosas solas. Más de un automovilista aprovechó el rojo del semáforo para llevar a casa una flor como símbolo del reconocimiento a sus mujeres, a sus progenitoras.
Y qué decir de los mercados, sobre todo, el de Las Flores, lucían llenos de clientes, quienes a bote pronto pedían los mejores arreglos florales en exhibición, pero después de conocer el precio, mejor se iban por algo más sencillo.
Los panteones de la ciudad, fueron otros puntos de concentración masiva. Era imposible caminar en el interior del campo santo municipal. Allí los precios de los flores contrastaron con el 10 de Mayo, pues se oía decir de los deudos: ahora si éstos (los vendedores de flores) no tuvieron madre.
Las clases media alta y alta, (so pena de equivocarnos debido a que con la crisis económica global y acentuada en Chiapas, ya no se sabe cuáles son los criterios para dividir las clases sociales), también tienen madre y la festejaron de acuerdo a sus posibilidades.
Un agente de ventas de la agencia de automóviles nuevos Farrera, reveló luego de hacernos un sinfín de preguntas sobre quién era y para qué medio trabajo, que este día 10 de mayo, por lo menos dos coches se venden de contado.
Finalmente es importante dar a conocer que en México, el origen de la celebración del Día de las Madres se remonta al año 1922, cuando el periodista Rafael Alducin Bedolla, fundador del periódico «Excélsior», lanzó una invitación a la población para que llevaran a cabo un día de festejo a sus madres. Se escogió el mes de mayo por ser el mes consagrado a la Virgen y el 10 porque en esos años se pagaba en las decenas.
Es imperativo recordar que la verdadera celebración de este día está en demostrar el cariño y admiración a las progenitoras, y no en llevar a cabo una actividad de consumismo que emerge tan fácilmente en fechas como ésta.