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Este martes los senadores de México recibieron a la embajadora de Estados Unidos Roberta Jacobson. En el encuentro los legisladores expresaron las necesidades, riesgos y el panorama electoral que se vive en la Unión Américana, lo cual significan grandes cambios para ambas naciones.
Roberto Gil Zuarth presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República expresó a la diplomática norteámericana, considerada conocedora de la realidad mexicana, sensible a la importancia y desafíos de la relación bilateral que han seguido de cerca sus pocisionamientos para con México.
«Defender nuestros lazos, nuestra amistad, nuestro futuro. Defender, subrayo, nuestra amistad y esta es la razón, señora Embajadora, por la cual el Senado de la República le brinda este recibimiento, porque confiamos en la amistad con los Estados Unidos y también confiamos en al digna representación a su cargo», expresó.
El senador panista destacó acerca de la trayectoria de Jacoboson que «el papel que usted jugó en el proceso de normalización de las relaciones entre Washington y La Habana.
Es, sin duda, uno de los mayores logros diplomáticos del Presidente Obama, porque recupera hacia el futuro el valor del diálogo y de la política en el objetivo de la estabilidad justa y duradera en nuestro hemisferio».
En este tenor agregó que ha sido también una fuerte impulsora de la cooperación y la responsabilidad compartida en los temas de seguridad, tal y como lo demostró en su impulso a la Iniciativa Mérida.
Sin embargo de manera firme el legislador Chiapaneco expuso que así como México debe dejar atrás los recelos que han contaminado nuestra comunicación y entendimiento, Estados Unidos debe reconocer que en el mapa de su diplomacia no hay relación bilateral más importante para la prosperidad y para la seguridad de la nación, que su relación cotidiana con nuestro país.
En este escenario, un tema de interés para los mexicanos es el proceso electoral que vive los Estados Unidos; del que Gil Zuarth manifestó:
«México debe hablar de la amenaza que se asoma en el horizonte con el discurso demagógico, nativista, proteccionista, aislacionista y xenófobo que vemos en la elección presidencial de aquel país».
Precisó que Estados Unidos debe escuchar las razones, la evidencia, sobre los riesgos que este discurso puede generar en la relación bilateral, pero sobre todo en su propia convivencia.
«En el Senado, somos conscientes de que hablar claro no significa intervención en el proceso electoral presidencial o legislativo de los Estados Unidos. Hablar es decir claramente que no podemos respetar a quien públicamente dice no respetarnos».
Por ello invitó en una relación de cooperación binacional a Construir, desde Washington y desde la Ciudad de México «una narrativa de política pública que le hable a nuestros ciudadanos y les demuestre lo mucho que nos jugamos unos y otros en esta relación».
Aunque reconoció el senador hacerlo implique quizá, el mayor esfuerzo político y diplomático del que se tenga registro en nuestra historia «porque nunca habíamos tenido tantos riesgos compartidos, pero tampoco tantas oportunidades para superarlos».