Papa abre la Iglesia a católicos «imperfectos»
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco pidió por una Iglesia que sea menos rígida y más compasiva hacia los católicos «imperfectos», como aquellos que se han divorciado y vuelto a casar, diciendo que «nadie puede ser condenado para siempre».
Francisco dijo que los homosexuales deben ser respetados, pero reiteró la posición de la Iglesia de que no había «absolutamente ninguna base» para que las uniones del mismo sexo se equiparen al matrimonio heterosexual.
En un tratado de 260 páginas llamado Amoris Laetitia (La Alegría del Amor), el pontífice citó a Martin Luther King, al escritor argentino Jorge Luis Borges e incluso a la película El festín de Babette para presentar sus argumentos por una Iglesia más misericordiosa y afectuosa.
La parte más esperada era aquella donde Francisco se refiere a la reintegración total en la Iglesia de los católicos que se divorcian y vuelven a casarse en ceremonias civiles.
Bajo las enseñanzas actuales de la Iglesia católica, esas personas no pueden recibir comunión a menos que se abstengan de tener relaciones sexuales con sus nuevas parejas, porque su primer matrimonio sigue siendo válido a los ojos de la Iglesia católica y se considera que viven en adulterio.
La única forma en la que esos católicos pueden volver a casarse es si obtienen un «decreto de nulidad» que establece que su primer enlace nunca existió por falta de ciertos prerrequisitos, como madurez psicológica o libre voluntad.
«¡Nadie puede ser condenado para siempre porque esa no es la lógica del Evangelio! Aquí no sólo hablo de los divorciados y de los que se vuelven a casar, sino de todos, en cualquier situación en la que se encuentren», escribió el Papa.
Francisco también dijo que no podía «entregar un conjunto nuevo de reglas generales (…) aplicables a todos los casos», pero llamó al «discernimiento responsable, personal y pastoral de los casos particulares».
«La Iglesia se acerca con amor a aquellos que participan en la vida de ésta en una forma imperfecta», sostuvo Francisco, incluyendo en esa categoría a aquellos católicos que conviven sin estar casados, a los que se casaron sólo en una ceremonia civil o aquellos que se divorcian y se vuelven a casar.
IGLESIA DEBE CAMBIAR DOCTRINA PARA ENFRENTAR ‘TEMAS ESPINOSOS’
También dijo que los católicos deben aplicar su propia conciencia a la hora de abordar temas complejos como el sexo, el matrimonio y la vida familiar, insistiendo en que la Iglesia cambie su énfasis actual en la doctrina y las normas escritas para enfrentar algunos de los problemas más espinosos ante los fieles.
En asuntos difíciles como la anticoncepción, el pontífice destacó que la conciencia individual de la pareja -y no las normas dogmáticas impuestas desde arriba- deben guiar sus decisiones y la práctica pastoral de la Iglesia.
«Hemos sido llamados a formar conciencias, no a reemplazarlas», dijo.
Insistió que el objetivo de la Iglesia es reintegrar y acoger a todos sus miembros. Pidió un nuevo lenguaje para ayudar a las familias católicas a afrontar los problemas de la actualidad. Adicionalmente, dijo que los pastores deben tener en cuenta los factores atenuantes -miedo, ignorancia, hábitos, coerción- al aconsejar a los católicos.
«Ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada ‘irregular’ viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante», escribió. Incluso los que viven en una «situación objetiva de pecado» pueden alcanzar el estado de gracia y sus intentos para mejorar pueden ser gratos a los ojos de Dios.
Con información de Reuters y AP