CIUDAD JUÁREZ, Chihuahua, nov. 19, 2016.-«Un acto totalmente desesperado, pero un acto de mucho valor y un acto temerario propiamente», así calificó Jorge Carrera, delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en Chihuahua, la incursión del general Francisco Villa en Columbus, Nuevo México el 9 de marzo de 1916, cuando, indignado porque lo engañaron con municiones falsas, tomó esta población ubicada a unos 100 kilómetros de Ciudad Juárez, Chihuahua.
«Se dice que Doroteo Arango nació el 5 de junio en La Coyotada, Durango, y Pancho Villa, en la Revolución en el estado de Chihuahua, pues este personaje fue un gran revolucionario mexicano que hizo aportes inauditos, algo que daba cuenta de su inteligencia, sobre todo de orden militar», afirmó el delegado del INAH.
La invasión de Villa a Columbus, Nuevo México, ha sido considerada como una osadía del general hacia el gobierno estadunidense, a tal grado que se ofreció una recompensa de cinco mil dólares por su captura.
«A la hora de que la guarnición militar se dio cuenta, contraatacaron a los villistas, hubo muchas bajas y el pueblo quedó totalmente destruido», relató.
Después de esa incursión de Villa en Columbus, Nuevo Mexico, el general John Pershing lo persiguió con miles de soldados en una expedición punitiva en 1916, pero fracasó.
En Ciudad Juárez, Chihuahua, el general Francisco Villa tiene un lugar en el Museo de la Revolución en la Frontera (Muref).
«No podemos interpretar el triunfo de la primera etapa de la revolución con la toma de Juárez sin Pancho Villa, definitivamente esta toma de decisión en contra de Madero, de tomar las armas contra el Ejército federal, definitivamente fue de los impulsos y del carácter de Pancho Villa», aseveró Liliana Fuentes, directora del Muref.
El paso de Villa por Chihuahua es parte importante de la Revolución Mexicana porque esta guerra comenzó en el Norte de México y fue donde se firmaron los Tratados de Juárez que provocaron la caída de Porfirio Díaz en mayo de 1911.
Por Noticieros Televisa
