Olas de calor afectan a 30% de la población mundial
Por al menos 20 días al año, el 30% de la población mundial está expuesta a olas de calor que superan el umbral de tolerancia humana debido a que la temperatura del aire en la superficie y la humedad relativa pueden resultar mortales.
«El cambio climático puede aumentar el riesgo de enfermedades que exceden la capacidad de termorregulación humana», destacaron investigadores de la Universidad de Hawái en un estudio publicado en la revista científica Nature Climate Change.
De hecho, para finales de siglo, los investigadores calcularon que tres de cuatro personas se verán afectadas por estas olas de calor.
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global, disminuiría la frecuencia de las olas de calor y bajaría el número de afectados a 26% para el año 2100.
«Muchas personas alrededor del mundo ya están sufriendo los efectos de las olas de calor, y, según los modelos realizados, esto continuara así. Si no se reducen considerablemente las emisiones, la situación será cada vez peor», declaró Camilo Mora, investigador de la Universidad de Hawái y autor principal del estudio, a la agencia SINC.
Los adultos mayores constituyen el sector poblacional más vulnerable y el incremento en la urbanización -debido al asfalto- podría exacerbar el efecto térmico en las ciudades.
«Dada la velocidad del cambio climático y las numerosas limitaciones fisiológicas, es improbable que la fisiología humana evolucione para obtener una mayor tolerancia al calor, resaltando que las condiciones al aire libre seguirán siendo letales incluso si la adaptación social (uso de aire acondicionado, por ejemplo) se aplica ampliamente», se lee en el estudio.
En Manchester, Inglaterra, los niños recurrieron a las fuentes ubicadas en Piccadilly Gardens para refrescarse ante las altas temperaturas vividas esta semana. (AFP)
Datos
Los investigadores revisaron estudios científicos publicados entre 1980 y 2014. En ellos encontraron 783 casos de mortalidad asociada a exceso de calor provenientes de 164 ciudades en 36 países.
La mayoría de los casos fueron reportados en ciudades ubicadas en latitudes medias, principalmente en Norteamérica y Europa. Las olas de calor mejor documentadas fueron las vividas en Chicago en 1995 (provocó 740 muertes), París en el 2003 (4.870 muertes) y Moscú en el 2010 (10.860 muertes).
Esa información se comparó con datos climáticos -como temperatura superficial del aire, humedad relativa, radiación solar y velocidad del viento- correspondientes al año y período de tiempo que duró la ola de calor reportada en esos 783 casos.
Los investigadores reconocieron que se encontraron con varios obstáculos durante el análisis. El primero es que las enfermedades derivadas de golpes de calor suelen estar subdiagnosticadas y, por lo general, se adjudica su causa a una disfunción de los órganos.
El segundo es que los datos de mortalidad por exposición al calor son escasos y no han sido analizados de manera consistente.
Lo tercero es que el riesgo de muerte por olas de calor está subestimada en las regiones tropicales, precisamente por falta de información.
Trópicos
Si bien en las latitudes medias, las temperaturas solo superan el umbral de tolerancia humana durante el verano, en los trópicos, esa situación puede darse todo el año. Esto, sumado con una alta humedad relativa, incrementa la exposición de las personas que viven en estas zonas a las olas de calor.
«A pesar de que las áreas húmedas tropicales experimentarán menos calentamiento que las latitudes más altas, estarán expuestas a más días de calor mortal a lo largo del tiempo, ya que una mayor humedad relativa en áreas tropicales requiere temperaturas más bajas para cruzar el umbral mortal», explicaron los investigadores en el estudio.
La temperatura y la humedad relativa inciden directamente en el intercambio de calor que realiza el cuerpo.
Cualquier temperatura ambiental por encima de los 37 grados Celsius (°C) resulta en la acumulación de calor corporal y, por ende, en hipertermia (aumento de la temperatura corporal por encima de lo normal).
Esto se debe a que el cuerpo no puede disipar el calor en un ambiente con temperatura igual o superior (segunda ley de la termodinámica) y ya de por sí, la temperatura corporal es alta (37 °C). Asimismo, el metabolismo humano tiene la particularidad de generar calor cuando está en reposo (produce unos 100 vatios).
En cuanto al sudor, principal mecanismo que emplea el cuerpo para disipar el calor, se vuelve poco efectivo cuando la humedad relativa es alta, ya que el aire saturado de vapor de agua previene su evaporación.
«Por lo tanto, la acumulación de calor corporal puede ocurrir a temperaturas inferiores a la temperatura óptima del cuerpo en ambientes de alta humedad relativa», explicaron los investigadores en el estudio.
Por Nación