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Murió ‘El Pana’; se fue el bohemio a los 64 años

Murió ‘El Pana’; se fue el bohemio a los 64 años

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Luego de más de un mes en estado crítico tras un incidente en una plaza de Lerdo, falleció Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’.

GUADALAJARA.

El torero mexicano Rodolfo Rodríguez El Pana falleció después de 32 días de hospitalización por las complicaciones de la tetraplejia ocasionada al ser embestido y lanzado por los aires por un toro en una corrida en la ciudad de Lerdo, Durango, el 1 de mayo.

El torero originario de Apizaco, Tlaxcala, presentó paro cardiaco sin opción a reanimación además de que desde el miércoles padecía  una neumonía.

Se le detuvo el corazón a pesar de los medicamentos”, dijo el médico Francisco Preciado, quien señaló que El Pana falleció a las 18:45 horas en el hospital civil de Guadalajara, a donde llegó el pasado 9 de mayo en una ambulancia procedente de Torreón.

El torero mexicano, de 64 años, sufrió el pasado 1 de mayo la embestida del toro Pan Francés, el segundo de su lote en la plaza de Lerdo, Durango, proveniente de la ganadería de Guaname.

El Pana fue levantado por el toro y en la caída se golpeó la cabeza y la base del cuello.

El torero fue ingresado al hospital Español de Torreón, en el que se le confirmó el diagnóstico de tetraplejia, se le conectó a un respirador artificial y se le hizo una traqueotomía para facilitar su respiración. El percance del diestro le provocó una severa lesión cervical y la fractura de vértebras.

Poco después fue trasladado a Guadalajara y esta semana los médicos trataron de hacerle una tomografía para analizar la neumonía que padecía pero desistieron al descubrir que el tlaxcalteca tuvo una reacción medular negativa.

La saturación de oxígeno en sus pulmones había disminuido un 70 por ciento.

Pese a todo, los preparativos para trasladar al Pana este lunes se estaban realizando, pero durante la madrugada del martes comenzó a presentar complicaciones que finalmente terminaron ayer con su vida.

El doctor Preciado comentó incluso que las maniobras de reanimación no sirvieron, a causa de las complicaciones que presentaba el paciente, hasta que su frecuencia cardiaca se detuvo.

El torero había salido la semana pasada de terapia intensiva y parecía haber superado los momentos más críticos. Sin embargo, Preciado señaló que el matador presentaba nuevamente una neumonía y una recaída en su estado de ánimo.

El martes, en entrevista para una cadena de televisión, Preciado había dicho que el estado del diestro ya tenía preocupado a todo el cuerpo médico; había tenido un espasmo respiratorio y hubo que cambiar la cánula de la traqueotomía para ajustar los parámetros ventilatorios.

El matador tlaxcalteca, que solía dedicar sus corridas a los toreros que nunca llegaron a la plaza grande, es considerado por los especialistas como el último romántico de los diestros mexicanos. Usualmente toreaba con un puro en la boca; conoció el arte cuando tenía 28 años, pero en la parte final de su trayectoria marcó de manera peculiar la fiesta brava nacional, con su carisma y su arrojo.

POLÉMICO

El 3 de diciembre de 1979, El Pana alternó en el cartel por el Estoque de Plata, que se le entregaba al mejor novillero de México. El tlaxcalteca alternó junto a Martín Agüero, Ángel Majano, Alfonso Hernández, Félix Briones y César Pastor, todos con novillos de San Marcos. En esos festejos, el trofeo en disputa se le entregaba por aclamación a los novilleros. El Pana y Pastor eran los más vitoreados y el trofeo se declaró desierto. Días después, la Asociación de Matadores tomó la decisión de entregarle el reconocimiento a Pastor.

Obrero, su destino; hasta el final

El diestro tlaxcalteca fue un romántico de los ruedos, a los que llegó tras años de trabajo duro para ganarse el pan diario

A la muerte de su padre, asesinado, Rodolfo tuvo que hacer de todo para apoyar a su madre; a los tres años una sonrisa bastaba, poco después, el de panadero fue uno de tantos oficios que tuvo que aprender. Irónico, un burel de nombre Pan Francés sentenció sus últimos días.

Un toro, ese animal que el diestro decía que se mataba solo, el que aseguraba que no era su enemigo, sino un compañero en la suerte, lo dejó mal al arrojar por los aires ese cuerpo de 64 años… el resto, porque así lo quiso el propio Pana, era asunto de paciencia: había que esperar que algo ocurriera, como el infarto de ayer a las 18:45 horas.

El carismático matador era del estado de Tlaxcala, donde residía su corazón, según decía.

Irónico, ese corazón no le permitió regresar a aquella tierra que lo vio nacer el 2 de febrero de 1952: este lunes lo iban a trasladar de Guadalajara, donde era atendido el llamado también Brujo de Apizaco.

Al expirar Rodolfo Rodríguez, se fue uno de los ya pocos románticos del ruedo… el de las frases ácidas, el de las bromas, el de las charlas profundas, como deseaba que fueran sus estoques. Sus palabras, aunadas al temple de su arte, le llevaron a ganarse al público: para tomar la alternativa el 18 de marzo de 1979 en la México hubo un lleno, fruto del eco de sus novilladas.

Irónico, la misma voz satírica le trajo problemas con muchos empresarios y le cerraron las puertas. Una muestra: su fatídica tarde fue en la modesta plaza de Lerdo, Durango. Junto al novillero Jesús Sotomayor había aquel Día del Trabajo más de 37 años de una alternativa.

También es cierto que el matador aún toreaba porque no se le daba guardar peso sobre peso, la bohemia era igual una tentación crónica.

Irónico, el Par de Calafia fue una de sus ocurrencias con las banderillas, arqueando esa espalda que se mantenía firme pese al paso de los años, pero que fue la gran víctima aquella tarde: lesión medular cervical severa con tres vértebras fracturadas. No había más, el matador quedaba tetrapléjico.

Apenas un día y un mes después, el icónico Pana expiró; había evitado el paso final varias veces: más de 15 cornadas en su cuerpo.

Orgulloso decía que había sido un obrero más, que así se había abierto paso en la vida: varias labores desempeñó, la de la masa y la levadura le dio el mote con el que luego hizo fama en la fiesta brava.

Irónico, el último toro que mató, poniéndole sólo la espada, como él mismo enseñaba, tenía por nombre Obrero, a éste le siguió en esa tarde, atípico, un amargo Pan Francés.

Por Excélsior

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