CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un juez concedió un amparo a Diego Cruz, uno de los jóvenes acusados de pederastia y abuso sexual contra la menor de edad Daphne Fernández, el 3 de enero de 2015 en Veracruz.
El Juez Tercero de Distrito de Veracruz estimó que el delito de pederastia imputado a Diego, de 21 años, no quedó fehacientemente comprobado, por lo que otorgó el recurso contra la formal prisión que le dictaron el pasado 23 de enero por ese delito.
Conforme a la sentencia del amparo 159/2017, el juez Anuar González Hemadi concluyó que la Fiscalía de Veracruz no acreditó diversos elementos del delito de pederastia, como son el estado de indefensión de la víctima, el abuso sexual y la intención lasciva de satisfacer un apetito sexual.
Cruz fue extraditado de España donde fue detenido en junio de 2016, y recluido en la cárcel de El Penalito, en Veracruz.
Al joven se le acusa de pederastia tumultuaria y enfrenta una pena de 12 a 40 años de cárcel.
Aunque el abuso sexual ocurrió en enero 2015, cuatro meses más tarde Daphne Fernández decidió contarle a su hermana mayor lo sucedido y después expuso el caso ante personal del bachillerato privado donde estudiaba.
Tras ello, el padre de la joven, Javier Fernández, presentó la denuncia penal y exigió justicia al gobierno estatal, en ese entonces encabezado por Javier Duarte. También ejerció presión en medios nacionales e internacionales para que los llamados Porkys de Costa de Oro fueran castigados.
En la investigación ministerial 592/15/1ESP/VER/05 se relata cómo Enrique Capitaine, hijo del exalcalde de Nautla, Felipe Capitaine, y los vástagos de los empresarios Jorge Cotaita Cabrales, Gerardo Rodríguez Acosta y Diego Cruz Alonso, subieron por la fuerza a la hija de Fernández Torres al interior de un vehículo.
Posteriormente llevaron a la joven al domicilio de uno de los acusados, en el fraccionamiento residencial Costa de Oro, y en el baño del inmueble abusaron sexualmente de ella.
La denuncia de hechos interpuesta por Fernández Torres describe la manera en que Daphne fue llevada por sus agresores en contra de su voluntad al salir de la discoteca denominada PH. Los cuatro jóvenes, añade, le quitaron su teléfono celular para que no pudiera comunicarse con las amigas con las que acudió ese día a bailar.
La subieron contra su voluntad en la parte de en medio del asiento de atrás del auto y era custodiada por Jorge Cotaita por un lado (atrás del conductor) y Diego Cruz por el otro (atrás del copiloto). Estos dos sujetos le jalaban la ropa y la manoseaban por debajo de la falda, tocándole sus pechos y partes íntimas. Ella les insistió que no lo hicieran, que no quería eso, pero ellos, entre burlas y agresiones, seguían haciéndolo mientras Enrique Capitaine manejaba a toda velocidad, con Gerardo Rodríguez como copiloto. Todo ese tiempo, ella trataba de calmarlos y hacerlos entrar en razón, pero no lo logró, se lee en el documento ministerial.
Por Proceso