Walter Rincón Rovelo/Trascender Online Noticias
Caras largas, semblantes de preocupación, cuerpos lánguidos resultado de meses sin sosiego y un caprichoso aire desangelado que se entremezclaba con los rayos del sol que sin misericordia penetraba en la humanidad de los marchistas, fue el escenario lúgubre de una manifestación en contra del gobierno de Manuel Velasco Coello.
Son empresarios locales, aquellos que huyeron de la plaza central de Tuxtla Gutiérrez cuando un grupo de testaferros al servicio de lo más rancio del poder, los amenazó con golpearlos sino levantaban el plantón, con la mezquina intención de evitar algún sobresalto durante el recorrido del Papa Francisco por la zona. Hoy de nuevo salieron a las calles para exigir al mandatario chiapaneco que les pague 240 millones de pesos por concepto de bienes y servicios prestados.
Muchos curiosos seguían con la mirada la caravana de vehículos conducido por estos irreverentes que se niegan a sucumbir sin antes dar la batalla, sin antes evidenciar la escasa moral de quienes están al frente de este gobierno, en su mayoría provenientes de otros estados, y que ocupan puestos claves como pago de facturas por llevar al poder a Velasco Coello.
Rafael Jiménez Arechar, quien encabeza a un grupo de empresarios minados económicamente por el desgarriate en que se encuentra el gobierno del estado, dio a conocer que a partir de hoy regresan al plantón frente a Palacio de Gobierno, sin sopesar las consecuencias que esto pueda traerles.
En entrevista, lamentó que al menos unos mil empleados han sido despedidos por sus empresas debido a que ya no tienen liquidez para mantener la nómina.
«Aquí no es un tema político, no somos bandidos, tenemos las facturas, los pedidos de lo que solicitó el gobierno actual y ahora no quiere pagar», aseveró.
Pese a que los empresarios chiapanecos son un factor importante en la movilidad de la economía local, la cerrazón de este gobierno se ha impuesto como una pesada lápida.
«Nos han hundido, no tenemos un inventario de toda la quiebra, son miles de empresarios a los que nos deben, por eso es necesario luchar por algo que nos pertenece», precisó Jiménez Arechar.
Pero lo más terrible es que quienes tienen la responsabilidad de dar la cara y explicar qué está sucediendo, por qué no les pagan, se ríen de ellos (los empresarios), los juegan, les mienten les dicen que les van a pagar en tal fecha y no ven ni un solo peso depositado en sus cuentas.
