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Fernando Castellanos podría salir del purgatorio, siempre y cuando la memoria no le falle

Fernando Castellanos podría salir del purgatorio, siempre y cuando la memoria no le falle

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Walter Rincón Rovelo/Trascender Online Opinión

El sello personal que el alcalde Fernando Castellanos Cal y Mayor  ha impreso a las acciones de su gobierno en beneficio, pero también con menoscabo al colectivo tuxtleco, vislumbra una pequeña luz en el camino para salir del purgatorio al que fue confinado por quienes, a casi de la mitad de su administración, aún se resisten en reconocerlo como presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez.

Evidentemente a Castellanos Cal y Mayor le urge conforme se acerca el 2018 cambiar la imagen y concepto desfavorable que un indeterminado sector de la población tiene de él, y que, hay que decirlo fue construido después de las cuestionadas elecciones de donde resultó electo edil de todos los que tienen su residencia en capital chiapaneca.

A pesar de haber iniciado su administración con algunos tropiezos que le valió en su momento ser regañado por el mismo gobernador Manuel Velasco Coello, ahora el edil está más atento, receptivo y dispuesto a abordar con responsabilidad temas que por muchos años han estado en la congeladora de la agenda política de quienes lo antecedieron en el ayuntamiento.

En ese sentido, nadie puede escamotearle la acertada decisión de empezar a limpiar junto con los otros niveles de gobierno, la reserva ecológica del Cañón del Sumidero, de invasores. La corriente de opinión de diferentes sectores sociales organizados se ha inclinado a que en Tuxtla debe imperar el orden, pero sobre todo el estado de derecho. Le han dado un voto de confianza a Castellanos.

Sin embargo, en las redes sociales, sus más recalcitrantes opositores no le dan tregua, no pierden oportunidad de objetarle y deslegitimar su gobierno . La grilla se mata chambeando, pero también colocando en una caja de cristal las acciones institucionales. La transparencia ya no es una concesión graciosa del gobierno hacia la ciudadanía sino una obligación. Y en ese tema Castellanos tiene tareas pendientes.

Si quiere salir definitivamente del limbo, deberá con mucha inteligencia y astucia continuar dando “golpes” que impacten positivamente en el ánimo de los tuxtlecos. El retiro de invasores del cañón del sumidero obligadamente debe proseguir  como también otros temas de igual importancia que requieren de su urgente intervención.

Por citar tan sólo dos ejemplos,  ahí está el caso PROACTIVA y la demanda penal que interpuso en contra de Yassir Vázquez Hernández. Si pongo  estos ejemplos, es porque él los abordó como bandera de campaña y por lo tanto, ahora como autoridad está obligado a decirnos qué ha sucedido.

Es imposible borrar de la mente aquel 28 de enero del 2015 cuando Castellanos junto con un grupo de ciudadanos y ambientalistas tomó la decisión de clausurar simbólicamente las instalaciones de la empresa española PROCTIVA, comprometiéndose a meterla en cintura en caso de ganar la presidencia municipal. Y qué decir, de aquel mes de julio también del 2015, cuando Castellanos Cal y Mayor presentó una demanda formal ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), por daño al patrimonio tuxtleco, en contra de Seth Yassir Vázquez Hernández por la mala ejecución de la obra Qué Viva el Centro. Nos queda claro que Castellanos no es Ministerio Público para realizar la investigación del caso, pero como primer interesado, sí debería dar seguimiento e informar en la medida de lo posible los avances, pues es un tema que la opinión publica espera noticias y guardar silencio sólo provoca el desencanto y crítica feroz del respetable.

Si Castellanos sigue administrando estos temas y otros que ni siquiera han merecido un pronunciamiento podría restarle fuerza para lo que venga en su futuro político, más cuando las lealtades y el poder se debilitan al final de cada sexenio. Si quiere acumularle años a su trayectoria política tendrá que demostrar de qué está hecho y  que no es un político a la sombra de palacio de gobierno.

Las pocas veces que he tratado ha Castellanos me da la impresión de ser un tipo de buena fe, no lo veo ni escucho falso, simulador o que tenga un doble discurso.  Presume a su familia con noble orgullo, sin falsas poses. Veremos si estas cualidades y su afiliación al PVEM le alcanzan para lograr sus propósitos políticos en el 2018, sobre todo cuando su partido está en franca caída a nivel nacional, prueba de ello, es que ya se barajan nombres de políticos verdeecologistas dispuestos a subirse al proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Espero que no sea el caso de Fernando Castellanos.

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