Karla Solís/Trascender Online Noticias
TAPACHULA, CHIS.-La tala clandestina, es de los principales problemas que aquejan a los municipios de la costa y Soconusco, que genera no solo la desestabilización del clima, sino también provoca la erosión de suelos y azolvamiento en la zonas bajas, lo que repercuten en afectaciones a colonias asentadas a las márgenes.
El gerente operativo del río Huixtla, Homero López afirmó, que las cuencas de los ríos de la zona han sido muy deforestadas sobre todo por habitantes de comunidades de la parte alta, por lo que urge la implementación de estrategias que coadyuven a frenar la crisis ambiental.
Dijo, que la tala clandestina repercute directamente en la segmentación y erosión de los suelos, situación que se ha acrecentado en los recientes años, y son los asentamientos humanos de la parte costera la que más sufren las consecuencias, porque n cada época de lluvia hay inundaciones y el realizar sus actividades de pesca son cada vez más complejos.
Señaló, que el contar con árboles propicia condiciones que favorecen la recarga hídrica, crean barreras para evitar la erosión de los suelos, así como generan espacios que coadyuven con la biodiversidad ya que los bosques de ribera son hábitat de diversas especies.
Detalló, que al talar los árboles se eliminan todas las barreras protectoras en las cuencas y en esta temporada de lluvias existe preocupación de las familias de la zona baja porque en los afluentes se abren muchas ventanas debido al azolvamiento que podrían generar desbordamiento de los mismos.
«La vegetación abundante de muestra región además de concentrar biodiversidad considerable, juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos», sostuvo.
Para finalizar mencionó que la zona con mayor deforestación son las cuencas de los municipios de Huixtla, Tuzantán, Villa Comatitlán y Escuintla, daños irreversibles que pueden verse principalmente en la temporada de estiaje, los ríos se secan completamente u otros bajan sus cauces muy por debajo de su nivel, consecuencia de que no hay árboles que coadyuven a la retención del vital líquido.