CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Con más sufrimientos, muy poco futbol y sin haber sido el mejor en la cancha del estadio Azteca, América se clasificó a la final del torneo Apertura 2016 de la liguilla al eliminar 2-0 (3-1) al Necaxa con goles del brasileño William da Silva y Oribe Peralta.
Ahora, la disputa por el título contra Tigres de la U. de Nuevo León deberá esperar hasta el 25 de diciembre. La pausa obedece a la participación del equipo capitalino en el Mundial de Clubes, a disputarse en Japón.
Bajo un clima enrarecido, porque apenas el viernes pasado América le puso presión a su portero titular con la contratación del argentino Agustín Marchesín, Moisés Muñoz volvió a erigirse en el mejor elemento del equipo:
Primero, Muñoz fue fundamental para mantener en cero su meta y luego lanzó el largo pelotazo que recogió Renato Ibarra, quien en pared con Peralta filtró el servicio que Da Silva definió con un toque suave sobre la salida del portero argentino Marcelo Barobero a los 74 minutos.
Después, Oribe Peralta marcó el gol que sentenció el boleto finalista a los 84 minutos ante un adversario que cerró una destacada campaña en su inmejorable regreso a la Liga Mx.
El partido resultó descafeinado y demasiado entrecortado de principio a fin en el que escasearon las buenas acciones sobre un abarrotado estadio Azteca, donde el local jugó una primera parte para el olvido, y gracias al portero Muñoz mantuvo en cero su arco.
Del otro lado, el equipo visitante, con un planteamiento ordenado y compacto, exhibió todas las carencias del equipo dirigido por el argentino Ricardo La Volpe. Prueba de ello fueron las únicas dos acciones de peligro en la meta de Muñoz en el primer tiempo:
El portero americanista envió a tiro de esquina un lejano remate de zurda de Gallegos, al minuto 31. Luego, tras el saque de esquina y con una dosis de fortuna, Muñoz se encontró el esférico que rebotó en el poste tras el cabezazo de Iturra.
En el complemento, otra vez América jugó al filo de la navaja, sin encontrar su mejor versión en el terreno de juego, tanto así que los visitantes volvieron a complicar al adversario en un partido tenso y demasiado entrecortado.
Todavía Muñoz salvó desdibujó otro par de aproximaciones del conjunto necaxista, que obligado a la victoria se volcó sobre la meta de los locales.
Justo cuando más urgido estaba por el gol -el 1-1 global le daba el pase al América-, Necaxa abrió sus líneas y sólo así los locales encontraron la ruta del gol.
Por Proceso