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Tapachula.- Aunque los regalos más comunes en el festejo del Día de la Madre aun son la ropa, el calzado, las flores y llevarla a comer algún restaurante, en lo que se refiere a obsequios de mayor costo, la población cambió los aparatos electrodomésticos por teléfonos celulares, tabletas y equipos de cómputo, de acuerdo a un sondeo realizado entre los integrantes del comercio formal. Mientras tanto, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) sólo realizó campañas para evitar abusos.
A unas horas de que la gente festeje al ser que les diera la vida como una de las celebraciones más importantes de las múltiples que existen en nuestro país, las personas acudieron a los centros comerciales y tiendas del comercio formal para adquirir el regalo que este 10 de mayo darán a las progenitoras, con un comportamiento de consumo habitual al de años anteriores para comprar ropa, calzado, flores, bolsas y artículos de belleza; mientras que de los servicios sobresalientes fueron reservaciones en restaurantes, música con mariachi o tríos e inclusive llevarla al cine.
De acuerdo al sondeo realizado por este medio de comunicación, los integrantes de organismos productivos como Canaco, Coparmex y ProCentro, coincidieron que anteriormente la gente con algún recurso económico más amplio adquiría salas, comedores, recámaras y electrodomésticos como lavadoras, estufas, refrigeradores, licuadoras y vajillas; sin embargo, en la actualidad las preferencias de compra se dirigieron a teléfonos celulares, tabletas, laptops o computadoras que fue lo más vendido hasta horas antes del festejo.
Ante este comportamiento de consumo, la Profeco indicó que mucho tiene que ver la publicidad y mercadotecnia en los medios de comunicación, ya que muchas madres son jóvenes o bien, a las no tan jóvenes las han metido a la dinámica de usar un teléfono celular aparatos de vanguardia tecnológica motivados por la necesidad de comunicarse en la lejanía de los seres queridos o por inmediatez.
De acuerdo a la misma Profeco, se realizaron diversos operativos entre el comercio formal para advertir sobre la publicidad engañosa, el incremento de precios en productos y servicios, y las sanciones por no otorgar a los consumidores las facturas o tiquets, las garantías o no cumplir con los servicios secundarios como llevarlos a domicilio o con sus aditamentos promocionados.