El Estado/Agencia
Interesado en el cuidado del medio ambiente y la naturaleza, el arquitecto Andrés Stepanenko Jiménez, desde hace un año comenzó a recolectar los pedazos de vidrios y basura que se encuentra en la calle, sobretodo, en temporada de lluvias; le da forma y lo trasforma en artesanías de todo tipo.
Esta idea surgió después de iniciar la fábrica de blocks, por todo el cumulo de desechos orgánicos que se encuentran en las coladeras y banquetas, porque cada temporada es el trauma para todo mundo.
Lamentó que sean tantos los ciudadanos que culpan al gobierno de los daños generan las lluvias, sin darse cuenta de la afectación que producen ellos al aventar una botella de vidrio o plástico a la calle.
Continuó: tú puedes revertirlo, aparte de no contaminar, tú puedes ganar dinero con eso ganar dinero, generas empleo, entonces es algo que debemos tomar en cuenta.
Del vidrio, dijo, se pueden construir espejos, candelabros, forros de sillas, mesas, vasos, vitrales con un diseño especial y con un costo más barato que el ofrecido en una tienda especializada.
Además, puntualizó, implementar mejores políticas públicas en el rubro de ecología más un eslogan gubernamental, es una necesidad en estos tiempos, porque valores básicos se han perdido, la calle también es nuestra casa.
Stepanenko Jiménez, explicó que el proyecto también se encuentra en una línea de recoger desperdicios y disminuir la basura de las calles; aunque no cuenta con un taller especial para construir las artesanías, basta una tabla y el material básico para sacar los diseños.
No obstante, desde hace un año comenzó a crear los blocks ecológicos, no solamente para construir fraccionamientos o casas, lo primordial es sensibilizar a la ciudadanía del daño irreversible que se le está haciendo al medio ambiente, por usar tantos materiales que contaminan.
Comentó que su fabricación está hecha a partir de arcilla y tiene un ahorro del 30 por ciento, comparado con el costo de una casa de interés social; además, el material es térmico y acústico, es decir, se adapta al clima de la región e incluso permite el ahorro de energía.
Una casa habitual con dos recamaras, un baño, la cocina y sala tendría un costo promedio en Tuxtla de 600 mil pesos, utilizado el otro recurso puede abaratarse a unos 320 mil, e incluso con un diseño agradable.
Tiene todas esas bondades que permite que ofrezcas una vivienda más digna, más agradable, en eso estamos avanzado, viendo los permisos para iniciar un fraccionamiento ecológico, agregó.
Además, señaló, la idea es que haya espacios para sembrar plantas y dar otra vista a las viviendas. Debido al impacto, dos casas ya se construyen bajo ese concepto y en unos dos meses quedarán terminadas; incluso, se puede seguir construyendo hacia arriba.
Finalmente, consideró que es necesario que los medios de comunicación difundan los trabajos que realizan las autoridades en materia de medio ambiente, pero también es importante que haya más apertura a proyectos ecológicos.