Walter Rincón Rovelo/Trascender Online Noticias
Ahora los tambores de guerra se escucharon del otro lado, del otro contingente, el de los policías estatales y federales quienes golpeaban sus escudos con sus toletes para hacer sentir su fuerza, mientras avanzaban en formación de ataque; ganaban terreno disuadiendo a maestros y normalistas con gases lacrimógenos.
Hoy martes 25 de mayo es un día como pocos se han visto; los enfrentamientos entre policías y marchistas se dieron por doquier desde temprana hora; en la salida poniente de la ciudad conocida como La Pochota; en el lado oriente a la altura del parque Chiapasiónate, Diana Cazadora, Ahurrerá oriente y 5 de Mayo, de Tuxtla Gutiérrez.
Los normalistas y maestros se defendían como podían, con bombas molotov, cohetones, piedras y con más ganas que recursos, por ello a cada embestida de la policía tenían que huir para evitar ser sometidos por los uniformados.
Fue al mediodía, cuando se protagonizó uno de los más intensos enfrentamientos. En ese momento los rayos del sol minaban las fuerzas de cualquier humilde parroquiano, pero no a los aguerridos maestros, mucho menos a los policías que cargaban unos 10 kilos de puro equipo antimotín.
Antes de ese choque, los maestros y normalistas se reagrupaban a la altura de Aurrerá ubicada en el bulevar Ángel Albino Corzo; se escuchaban decir apresurados vía celular el recuento de la batalla, nos gasearon pero aquí seguimos.
Un grupo de maestros vandalizaban un enfriador de la Coca Cola de paga en esa misma zona; mientras que en una casa localizada al lado de Aurrerá, sus ocupantes les regalaba agua para lavarse, y mangos de temporada a los mentores.
Después sobrevino la tensión, los maestros hicieron una barricada con los carritos del supermercado y tablas que de inmediato le prendieron fuego; como respuesta los policías lanzaron gas lacrimógeno y ocuparon la zona sin importar violar los derechos humanos de las personas que se encontraban en el lugar, incluso hasta de los mismos representantes de los medios de comunicación, quienes por grabar los momentos en que golpeaban a supuestos maestros rezagos les quitaron los celulares u obligaron a borrar el video, so pena con ser detenidos.
Durante el enfrentamiento, los cohetes y piedras salían del lado de los maestros, pero no fue suficiente; los policías obligaron a los profesores a replegarse hasta el 5 de mayo en donde se reagruparon con un número mayor.
En esa zona sobrevino otros enfrentamientos en todas direcciones, poniente, sur y norte; los maestros y normalistas atacaban con cohetones y piedras, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona.
Un policía de la Federal cayó; en ese momento todos los uniformado gritaban un paramédico, un cohetón de los normalistas había dado en el blanco.
Las grandes lenguas de fuego sobre la avenida central y 10 oriente que consumían unas llantas impedían a los uniformados avanzar, sin embargo, poco a poco y después de repeler las piedras que les lanzaban los maestros sofocaron el incendio y avanzaron hasta la 8 oriente que es donde actualmente se encuentra la zona de guerra.
Los comercios ubicados en el lugar de los enfrentamientos de inmediato cerraron, los empleados se guarecieron en el interior de sus oficinas, mientras observaban con miedo un posible fatal desenlace.
Seguiremos informando.