Especialistas señalan que para lograr una reconstrucción y recuperación en el menor afectado se debe trabajar con cirujanos, nutriólogos y sicólogos.
CIUDAD DE MÉXICO. Cuando tenía seis meses de embarazo, luego de realizarse un ultrasonido, a Nancy Itzel Rangel le informaron que su bebé presentaba una malformación en su labio superior.
El día del parto, la situación empeoró porque los médicos le dijeron que a su hijo, tampoco se le había formado el paladar. Yerai Zoe había nacido con labio y paladar hendido.
Te pones a pensar por qué a mí, por qué a él. Era mi primer hijo, entonces le platicaba a mi mamá, yo no sé cómo cuidar a un bebé y mucho menos con un problema así. Después pensé, Dios me lo mandó así y me ayudará a saber qué hacer.
Pero cuando nació todo empeoró. No podía darle de comer, lloraba de hambre, se podía ahogar con la leche, era mucha la desesperación, le quitábamos la mamila, le dábamos con jeringa, nadie nos decía cómo hacerle y había que vigilarlo las 24 horas, relató la joven madre de 21 años.
En entrevista con Grupo Imagen, la doctora Sonia Chávez Ocaña, encargada del Servicio de Genética del Hospital Juárez de México, señaló que el labio y/o paladar hendido es una malformación congénita que impide la unión completa de los tejidos del área de la boca y del labio.
Agregó que si bien el labio y/o paladar hendido es multifactorial, debido a una condición genética, en México, como en el resto de los países de América Latina, surge un caso de labio y/o paladar hendido por cada 700 nacidos vivos.
En contraste, esta prevalencia se reduce en Estados Unidos o en las naciones Europeas, donde sólo se registra un caso por cada mil bebés que nacen vivos.
Está comprobado que nuestra condición genética eleva las posibilidades de este tipo de fisuras en el desarrollo del bebé porque dentro de nuestro genoma tenemos una variante que nos predispone a alteraciones de una enzima que está mediada por ácido fólico.
Por eso, el ácido fólico nos puede ayudar para evitar la malformación de labio y/o paladar hendido, detalló la doctora Chávez Ocaña.
Por lo anterior, la genetista puntualizó que todas las mujeres que están en edad reproductiva deben tomar ácido fólico, que ayudará a evitar alteraciones en el desarrollo de un bebé durante su gestación.
Si un embarazo se planea, la mujer acude al médico y se empieza a preparar tomando ácido fólico, vitaminas, deja de tomar y de fumar. Pero el problema real es cuando, la mujer se embaraza sin planearlo, porque el riesgo de una malformación aumenta considerablemente, explicó la genetista.
Por lo anterior, la especialista del Hospital Juárez de México indicó que fumar, incluso inhalar el humo de personas que fuman alrededor de una mujer embarazada, beber alcohol, o consumir medicamentos mal prescritos, son factores que también inciden para que un bebé nazca con labio y/o paladar hendido.
Las mujeres que fuman tienen seis veces más riesgo de tener un hijo con labio y/o paladar hendido que una mujer que no fuma; las fumadoras pasivas también tienen 4% más riesgo de que sus bebés tengan fisuras labiopalatinas a comparación de las mujeres que no están expuestas al humo del tabaco.
Las mujeres que consumen alcohol generalmente presentan déficits nutrimentales, entonces todo este tipo de factores influyen de una manera u otra para el desarrollo de este tipo de malformaciones, detalló la doctora Chávez Ocaña.
Dependiendo del tipo de alteración fisiológica y del tipo de ultrasonido, una malformación se podría detectar durante el segundo trimestre del embarazo.
A partir de este descubrimiento, dijo Sonia Chávez Ocaña, sólo se vigila el embarazo ya que el daño es irreversible y al nacer, dependiendo de su condición, el bebé tendrá que ser sometido a diversas cirugías reconstructivas, incluso hasta su edad adulta.
Por Excélsior