CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El cardenal Norberto Rivera Carrera presentó, en tiempo y forma, su renuncia al cargo de arzobispo primado de México, el pasado martes 6, al cumplir 75 años, tal y como lo marca el Código de Derecho Canónico.
Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis, confirmó lo anterior al señalar que el cardenal presentó la renuncia en tiempo y en forma el mismo día que cumplió años, el 6 de junio. La presentó ante el nuncio Franco Coppola. Entregó su carta de renuncia como lo establece el Código de Derecho Canónico.
Valdemar agregó que, ahora, será el Papa Francisco quien determine qué tanto tiempo más deja al cardenal Rivera al frente de la Arquidiócesis. Esa es una decisión soberana y absoluta del Papa, dijo.
Y recordó que hay obispos a los que el Papa deja todavía otros años más al frente de sus diócesis, como ocurrió con el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, a quien le permitió quedarse cuatro años más al frente de la Arquidiócesis de Guadalajara, luego de que éste le presentó su renuncia.
Valdemar indicó que, por lo que respecta al cardenal Rivera Carrera, está en absoluta disponibilidad a lo que determine el Santo Padre.
Rivera Carrera asumió el cargo de arzobispo primado en 1995, por lo que durante 22 años ha estado al frente de la Arquidiócesis más importante del país.
Durante todo ese tiempo, según los analistas eclesiásticos, el cardenal Rivera se caracterizó por hacer grandes negocios con el culto guadalupano, cultivar relaciones con la alta clase política y empresarial, y protagonizar sonados escándalos debido a la protección que brindó a curas pederastas.
Todavía el viernes 2 de junio se interpuso una demanda penal contra él, ante la PGR, por haber protegido a 15 presuntos sacerdotes pederastas de su arquidiócesis.
Ahora, en vísperas de su salida, ya se empiezan a barajar los nombres de sus posibles sucesores, entre quienes destacan el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, y Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca.
Por Proceso