Comunicado/Trascender Online Noticias
En Tapachula, Chiapas, la migración de niños y adolescentes provenientes de Centroamérica ha aumentado en los últimos meses.
Los pequeños migrantes no acompañados, se quedan principalmente a trabajar en la frontera de Chiapas con Guatemala.
Linda de León, activista y misionera de San Carlos Scalabrinianos, Guatemala, dijo: «Han sido los niños no acompañados, niños y adolescentes que aún no tienen 18 años que han sido deportados tanto de México como de Estados Unidos».
En Tapachula, los niños migrantes se suman a la pizca del café; otros terminan en trabajos ambulantes como boleros o vendiendo chicles, dulces y otros productos en el primer cuadro de la ciudad.
Alejandro, adolescente de Guatemala, señaló: «Me dedico a vender chicle por el momento, no hay trabajo, salgo a las siete de la mañana y termino a las cuatro».
El trabajo de los menores migrantes es considerado ilegal.
Diego Lorente, director del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdoba, agregó: «Una explotación laboral muy fuerte, eh, un ejemplo lo tenemos en los niños chicleritos, boleritos que siguen en la ciudad en condiciones de explotación laboral, casi de trata de personas».
En el 2016 se han deportado de México unos 11 mil niños y adolescentes de entre 13 y 17 años de edad, cinco mil de ellos son de origen guatemalteco y el resto de Honduras.
La mayoría son migrantes no acompañados que trabajaban en algún lugar de nuestro país.
Gerardo Rivera, activista de la Casa Alianza-Honduras, expresó: «Desde México, desde aquí de Tapachula se han deportado seis mil 242 niños y niñas migrantes hondureños en lo que va de este año».
Además de las deportaciones en México, las cifras de los activistas centroamericanos indican que, en este año, desde la frontera sur de Estados Unidos, se han deportado otros nueve mil 305 niños no acompañados, lo que se considera una situación preocupante.