Joselito fue declarado beato en enero pasado; hoy se convertirá en el santo más joven
CIUDAD DEL VATICANO. Al menos 800 fieles católicos de México desafiaron ayer el alba para marchar por las calles de Roma hasta la Basílica de San Pedro y manifestar su devoción por el nuevo santo de ese país, el niño cristero José Sánchez del Río (1913-1928).
El mexicano José Sánchez del Río (1913-1928) es considerado uno de los mártires católicos más importantes del siglo XX.
La historia de su encarcelamiento, tortura y fusilamiento por no querer apostatar lo ha convertido en una figura crucial en la historia de la Iglesia mexicana.
A pesar de su edad (14 años), se alistó en las filas de los llamados cristeros en una guerra civil que causó miles de muertos en el país, nacida por la confrontación entre la Iglesia y el gobierno del presidente Plutarco Elías Calles, debido a una ley que reforzaba la separación entre el Estado y la Iglesia y que limitaba las actividades de los religiosos.
Nació en Michoacán
Nacido el 28 de marzo de 1913 en la ciudad de Sahuayo, Michoacán, José Sánchez del Río, también llamado Joselito, será nombrado santo después de que el papa Francisco firmara, el pasado enero, el decreto con el que reconocía un milagro por su intercesión.
El milagro que se le atribuye es el de sanar a Ximena Guadalupe Magallón Gálvez, después de que a esta niña que nació el 8 de septiembre de 2008 en Estados Unidos y un mes después sus padres la llevaron a vivir a Sahuayo se le diagnosticara 90% de muerte cerebral.
El 20 de noviembre de 2005 se beatificó en la ciudad de Guadalajara a Sánchez del Río, junto con otros 12 mártires de la Guerra Cristera, entre ellos el presbítero español Andrés Solá Molist (1895-1927) y los mexicanos José Anacleto González Flores (1888-1927) y José Dionisio Luis Padilla Gómez (1899-1927).
Ayer, los feligreses se dieron cita a las 7:00 horas locales (06:00 GMT) en la plaza frente al Castel SantAngelo, cerca del Vaticano.
Encabezado por varios obispos, entre otros el pastor de Zamora, Javier Navarro; el de León, Alfonso Cortés Contreras, y el de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez; el grupo hizo una procesión a lo largo de la Via della Conciliazione, avenida que une San Pedro con Roma.
Una gran cruz abrió el paso a los peregrinos, muchos de los cuales portaban banderas tricolores, estandartes y carteles que hacían referencia a Joselito, como se le llama al joven mártir.
Por Excélsior
