1. Home
  2. Estatal
  3. Asistencialismo brutal
Asistencialismo brutal

Asistencialismo brutal

0

Angel Mario Ksheratto

Hace unos meses, la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, tuvo el desatino de pronunciar una de las más cínicas estupideces que en defensa de la administración de Enrique Peña Nieto, se han acuñado en un intento por limpiar la imagen de éste: que el nivel de pobreza en el país ha descendido drásticamente, en comparación con años anteriores y además, que los avances para la erradicación del fenómeno, se deben el éxito de “la estrategia de protección social”.

El plan al que Rosario Robles Berlanga se refiere, no es otro que el mismo que el PRI ha utilizado una y otra vez para mantener vigente su padrón de votos derivados de la pobreza. Una pobreza que, contrario a lo que la funcionaria afirma, crece desmesuradamente y absorbe cada vez, a más sectores de la población que hasta hace un par de años, tenía recursos para sobrevivir en la medianía. Hoy, con sueldos de hambre, carestía de alimentos básicos, alza de precios y desempleo permanente, son parte de las cifras que se trata de maquillar con discursos ocurrentes y mentiras dolosas.

El asistencialismo desordenado que el gobierno federal impulsa, no es efectivo como los colaboradores presidenciales presumen. La brecha entre pobres y ricos, es lo único que resalta en el fracaso de una planeación absurda que lejos de combatir a la pobreza como elemento del subdesarrollo, la fortalece, no como fenómeno social de difícil erradicación, sino como fuente permanente de sufragios para un partido hegemónico cuyo supremo interés, es perpetuarse en el poder, no velar por el bienestar de los ciudadanos.

Ese desorden lo vemos cotidianamente y es a través de éste que se refleja el fracaso total de las estrategias asistencialistas del gobierno. Con motivo del apagón analógico en el sistema de televisión nacional, las autoridades decidieron regalar modernas pantallas de televisión a la gente “de escasos recursos” para que den el salto a una nueva modalidad: la digital. La entrega de las dichosas pantallas, desnudó la incapacidad gubernamental para lidiar con la pobreza y, como dijo el ahora titular de la SEDESOL, José Antonio Meade, “con la imprudente necedad de los pobres”.

Es tanta la pobreza y la necesidad, que muchos de los beneficiados con una pantalla, apenas la recibieron, corrieron o a venderla o a empeñarla en una de las tantas casas de empeño en las ciudades. Y cuando hablamos de desorden, nos referimos a la inequidad en el reparto de éstas: gente a bordo de lujosos autos, se apersonaron a recibirlas. ¿Y los pobres para quien supuestamente estaban destinados los aparatos en cuestión?

El asistencialismo irracional, no es, en ninguna de sus formas y prácticas, efectivo para sacar a millones de mexicanos de la pobreza y la pobreza extrema. Permea en su ejecución, la inequidad, la injusticia, el influyentismo, la prepotencia y la ausencia de coordinación. Bastó ver a los que fueron citados a recoger la diminuta pantalla de tv, para darnos cuenta de la precariedad. Hacinados bajo el sol o la lluvia, tuvieron muchos, que regresar a casa con las manos vacías. Sirvieron, eso sí, para abultar la foto oficial que habría de engordar la creencia de que se tiene un gobierno generoso.

Tales políticas deben desecharse por completo. No abonan en beneficio de os pobres y sí, en descrédito del gobierno que pierde credibilidad y confianza cada vez que el fracaso contra la pobreza se hace más evidente. En países asiáticos donde han tenido éxito los programas para abatir la pobreza, no se recurrió al asistencialismo; se enseñó a la gente a trabajar y, por supuesto, se abrieron infinidad de fuentes de trabajo.

Debemos recordar la detonación industrial de Inglaterra y la económica de Francia y Alemania. Los pobres dejaron de serlo, aportando talento y fuerza. En México, lo hay. Lo que no tenemos es voluntad del gobierno. Tampoco tenemos funcionarios inteligentes. Permanece la corrupción, como icono, como puntal “para el desarrollo” del país. Y eso, solo nos lleva a más pobreza, en todos los sentidos.

ksheratto@gmail.com

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *